Esta no es una novela que versa sobre psicología. Tampoco es un compendio teórico del análisis de la conducta humana, ni de cómo es que los seres humanos y los animales sienten, experimentan y aprenden a adaptarse al medio en el que se desenvuelven.
Sin embargo, si comparamos el desarrollo de la psicología contra otras ciencias (como la informática), podríamos establecer una correlación que diría que la primera es un embrión en gestación, y la segunda, hubiesen nacido y muerto tres generaciones de seres humanos.
La presente novela intenta ofrecer al lector dos vertientes fundamentales: La primera, una visión fundamentada en la fuente principal de la psicología, que es el comportamiento humano, y la segunda, una red actancial conformada por seres humanos como tú y como yo, más allá de los espejismos que exhiben a los científicos como seres diferentes.
Muchos de los descubrimientos de la ciencia, (cito el de Isaac Newton cuando dedujo la Ley de la gravedad al observar la caída del árbol de una simple manzana), son el resultado de la observancia cotidiana de los sucesos de la vida.
Desprendida entonces del tejido social de una provincia mexicana, así como un conjunto de actores representativo de su idiosincrasia, la novela 20 Años después emerge como una veta más dentro del inexpugnable mundo de la conducta humana, y que es la Teoría de la personalidad poliédrica.
Sócrates Mendizábal Uriegas, a través de una visión que surge de manera casi providencial en su mente, se desborda por darle coherencia y sentido a una serie de conjeturas que sólo lograrán ser amalgamadas y estructuradas, cuando el libro Meditaciones metafísicas, de René Descartes (filósofo, científico y matemático francés), se cruza en su camino.
Complementado éste con la Teoría de la motivación, de Abraham Harold Maslow, (prominente psicólogo estadounidense y máximo exponente de la psicología humanística), surge así el hilo conductor de lo que a la postre se convertiría en su obra maestra, como un tributo a la vida compleja pero a su vez sencilla, llena de matices y verdades que sólo se experimentan a través del ejercicio del vivir.
La trama es una madeja de situaciones disímbolas, encontradas, confluyentes hacia un camino que parece inexorable recorrer por parte de cada uno de los actores. Es allí donde intento seducir al lector para que, en unión del personaje central (Sócrates), vaya construyendo mental y emocionalmente los hilos y visiones que lo llevaron a tan notable propuesta.
Pero, ¿Qué es la Teoría de la Personalidad Poliédrica? Es sencilla y a su vez compleja. Imaginemos un tetraedro (poliedro regular de cuatro caras triangulares), en el cual cada cara representa una pasión, un sentimiento, una necesidad y una aspiración. Si la imaginamos colocada en el espacio, cada cara se une a las otras tres en una línea denominada arista, la cual representa una zona de conflicto, es decir, se gesta una confusión entre una necesidad y una aspiración. Una interpretación sencilla es el conflicto que se genera entre la aspiración de tener dinero y la aparente necesidad de robar para lograrlo.
La teoría alcanza niveles de exquisitez cuando un segundo principio hace aparición en escena: El vértice donde se unen tres facetas o más caras, se denomina zona de caos, lo cual se interpreta como la confrontación súbita e inesperada de sucesos que no tienen referencia alguna en la experiencia personal.
Si ello lo llevamos a un icosaedro (poliedro regular de veinte caras triangulares) donde cada cara representa el conjunto de necesidades, motivaciones, pasiones y anhelos del ser humano, el grado de complejidad aumenta notoriamente, pues cada cara ocupa, dinámicamente, una nueva posición en el poliedro.
Mientras ese mar de complejidades y combinaciones posibles bulle en la cabeza de Sócrates Mendizábal Uriegas, un grupo de amigos es parte de tan virtuosa inspiración. Agreguemos que la novela se desarrolla en tres periodos contextuales diferentes (tiempo presente, un retroceso veinte años antes y un retorno al presente). Encontraremos en consecuencia una obra sumamente interesante, digna del análisis más estricto, pero también del gozo y sensibilización de personajes que parecen sacados de nuestras propias familias.
Si lo que buscas es una novela de fondo, con un soporte correctamente fundamentado pero con la liviandad y apasionamiento propios del comportamiento humano, te recomiendo ampliamente viajar en el tiempo, y al igual que Sócrates, elucidar el enigma de una decisión final trascendente, culminante y definitiva para su vida personal.
El autor