“Quien tiene algo por qué vivir, es capaz de soportar
cualquier cómo”.
Friedrich Wilhelm Nietzsche
Saber cuál es tu pasión es saber qué es lo que quieres, y saber qué es lo que quieres es saber a dónde vas. Desgraciadamente, la mayoría de las personas no saben a dónde van y solamente se dirigen a algún lado, el que sea o el que parezca ser seguro; o lo que es peor, se dejan llevar a donde otros quieran llevarlas.
La mayoría de las personas a las que se les pregunta: ¿Cuál es tu pasión? no saben qué contestar o dan respuestas muy vagas, como: “Quiero ser feliz, er rico, viajar, etc.”
Yo creo que la misión más importante que tenemos, y que además es nuestro derecho de nacimiento, es ser felices. ¿Pero, cómo lograr esa tan anhelada felicidad?
Este libro intenta ayudarte a descubrir cuál es tu pasión, para qué estás en este mundo y hacia dónde quieres dirigirte. Todos tenemos una misión en la vida, algo que nos apasiona, pero la mayoría de las veces nos vamos “adaptando” a las exigencias de la sociedad y comenzamos a poner “los pies en la tierra”, dejando de acariciar nuestros más hermosos sueños . . . nuestra pasión (o nuestras pasiones) Víctor Frankl, creador de la logoterapia, sobrevivió a los campos de
concentración Nazis gracias a que encontró un “por qué” en su vida y más tarde escribió en su libro El hombre en busca de sentido: “Lo que el hombre necesita realmente no es un estado de tranquilidad absoluta, sino más bien aspirar y luchar por lograr una meta que merezca la pena, una tarea libremente escogida”. Tener una pasión, una meta, un sentido de misión en la vida es lo que le da sentido a nuestro existir.
Antes de seguir adelante vamos a aclarar la diferencia entre tu pasión y tu meta. Tu pasión es ese “algo” que te hace vivir, eso que amas, eso por lo cual no puedes esperar a que amanezca para hacerlo de nuevo. Y tu meta o tus metas son objetivos que te propones lograr durante tu apasionada vida. Por ejemplo: tu pasión puede ser salvar vidas, ayudar a la gente. Tu meta, graduarte de la facultad de medicina con honores, o ser cardiólogo, o el mejor cardiólogo del mundo. Tu pasión puede ser el cine, tu meta, el Oscar.
¿Está claro? Bien, continuemos entonces. Si estás leyendo este libro (lo cual indudablemente estás haciendo) es quizá porque no sabes cuál es tu pasión o quizá porque has perdido el rumbo, y tal vez hace tanto tiempo que lo perdiste, que ni siquiera te acuerdas cuándo ni cómo sucedió. Pero eso no importa ahora. Lo importante es que nunca es tarde para volver a hacer contacto con tu ser interior y recordar. Sí, recordar y no descubrir, porque no vas a descubrir tu pasión, la vas a recordar. Te vas a reencontrar con ella porque muy adentro de ti siempre has sabido (y lo sabes ahora) cuál es tu pasión.
Lo que pasa es que con el tiempo y las “obligaciones”, tal vez decidiste “poner los pies en la tierra” y dejar de soñar, de apasionarte por las cosas, de entregarte por completo al momento presente . . . de vivir.
La intención de este libro es precisamente ayudarte a recordar eso que te apasiona, eso que te hará completamente feliz, eso que te hará sentirte totalmente vivo. Si al terminar de leerlo puedes levantarte por las mañanas lleno de energía y vitalidad y con una gran pasión por comenzar cada día, viviendo en el presente a cada instante y sabiendo perfectamente que vas a donde quieres ir y que eres quien quieres ser, entonces este libro habrá cumplido su objetivo, y yo, una de mis pasiones: ayudarte a encontrar las tuyas.
Ver el mundo con los ojos del actor
Un actor no puede juzgar a su personaje porque podría meterse en el problema de entrar en conflicto con éste. Si el personaje es “malo” y el actor lo juzga y lo critica, podría tomar cierta “aberración” hacia dicho personaje y enfrentarse al problema de no poder comprenderlo. Si un actor no comprende a su personaje, jamás podrá interpretarlo. Suponiendo que tenga que interpretar a un asesino, en lugar de juzgar al personaje por asesino debe tratar por todos los medios de comprender cuáles son los motivos por los que ese personaje actúa de esa forma y lleva a cabo esas acciones. Si lo juzga y termina odiándolo ¿cómo va a poder interpretarlo y “meterse” en su piel?
No confundas el comprender las acciones de alguien, los motivos por los que determinada persona actúa de determinada manera, con el “justificar” dichas acciones. El comprender y entender cuáles son las causas que llevan a una persona a cometer un crimen no significa justificar ese crimen. Yo no estoy de acuerdo ni lo estaré con el asesinato, independientemente de si es “legal” (como castigo a un criminal o con el pretexto del “deber”) o si es ilegal. Para mí, cualquier vida es producto de la divinidad y debe ser respetada en todos los sentidos. Pero en fin, eso es para mí y seguramente tú tendrás tus propias ideas al respecto. Lo importante aquí es que aprendas a ver el mundo con los ojos del actor, sin juzgar. Eso te ayudará a conectar con tu pasión de una forma más fácil y rápida, te liberará y sentirás cómo la felicidad llega a ti de una forma tan sencilla que tal vez ni lo puedas creer...