Prólogo
Cristo Jesús dijo a sus seguidores:
Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar
al Padre. (San Juan 14-6,)
Verdaderamente, la ley de la vida es la que uno mismo aprende durante
el transcurso y la trayectoria de la propia vida, ya sea la constancia de como
haya labrado tu propio destino, lograrás obtener el fruto de lo cultivado. Ahora
bien, si vamos por la vida con un corazón puro, obedeciendo y cumpliendo los
mandatos del Señor, seremos entonces como uva en un ramal. Prestemos pues
atención a la palabra de Cristo Jesús, cuando dijo a sus seguidores:
Yo soy la vid y mi Padre el viñador. Seamos fieles seguidores a las
enseñanzas de Cristo Jesús; estas nos llevarán a los senderos donde se encuentra
perennemente la verdadera existencia. Meditemos pues, en las enseñanzas de
Cristo Jesús; de esta manera proclamaremos fielmente el fundamento de su
sabiduría a todos los habitantes de su tierra.
Cristo Jesús dijo: Si permanecéis unido a mí, y si permanecen fieles a mis
enseñanzas, pedid todo lo que queráis y se os concederá. (San Juan 15-7,)
EL PRESAGIO DE MI VIDA
Buena y provechosa son las enseñanzas de Cristo Jesús; ojalá su pueblo
comprenda la metáfora de sus palabras. Ciertamente, Jesucristo nos dio a
conocer por medio de sus parábolas (expresión de conceptos espirituales), que
la base fundamental para adquirir conocimiento en la vida, era a través de una
inteligencia espiritual.
Si ponemos devoción a la esencia divina de sus enseñanzas, estas básicamente
nos llevará a descubrir los dones que Dios ha dado a cada uno de sus hijos sobre
la tierra, son: el don de la sabiduría, el don de sanación, el don de comunicar
mensajes recibidos de Dios, el don de hacer milagros, el don de saber tener
la capacidad de distinguir lo falso de lo verdadero, y también el don de saber
interpretar el mensaje que se recibe a través de un dialecto en leguas.
Particularmente, Dios nos dio el don de la vida, y principalmente y sobre
todo, el don de la resurrección; y muchos otros dones más que se encuentran
en el interno ser. Todas estas cosas, las hace el único y mismo Espíritu Santo.
Sigamos, pues, el contenido de las enseñanzas de Cristo Jesús; su teoría espiritual
nos llevará a obtener una mejor calidad de vida.
Estoy convencida que Dios nos baña a diario con la luz de su misericordia.
Con Dios a mi lado he descubierto que la vida para mi es más bella. En mis
plegarias a diario le pido con fervor que permanezca siempre a mi lado, y a la
caída del ocaso, le pido me permita descansar en su regazo. Les cuento: en la
trayectoria de mi vida, he atravesado sentimientos encontrados que me han
sacudido muy fuerte. Sin embargo, me siento muy afortunada, porque siempre
he sentido la presencia de Dios como lazarillo a mi lado. A través del Espíritu
de su fortaleza pude superar las dificultades en aquellos momentos tormentosos
de mi vida. Por eso me lleno de orgullo en decir quien es mi Padre Celestial, Él
es el Rey del universo, Él es mi Cristo Jesús, yo estoy orgullosa de Él, pues me
dio el don de la vida. “Padre, contigo a mi lado he descubierto mil maravillas,
Señor”.
SEÑOR, GRACIAS
POR LAS BENDICIONES RECIBIDAS
Principalmente, doy mi más expresivas gracias a Dios Altísimo por haberme
otorgado el hermoso privilegio de ser madre de mis tres amados hijos, John,
Sujeil y Jerry; también doy gracias a Dios por haber puesto en mi camino a
Germán, mi amado esposo, hombre maravilloso con quien comparto mi vida.
A través de ellos encontré apoyo, estímulo y colaboración para llevar a cabo esta
destinada misión. Gracias Nicole, por el apoyo esencial que me brindaste con la
portada del libro. Gracias por la ayuda que me diste en aquel momento crucial
de mi vida, y gracias por cargar en tu vientre la semilla de mi descendencia, la
que ahora es una hermosa Rosa. También doy gracias a Rafael Rodríguez por el
soporte técnico que me facilitó. Gracias también a Carlos por su colaboración.
Le agradezco al padre Sebastián y al padre Sony, a quienes escuchaba desde un
rincón del templo; su prédica para mí fue motivo de reflexión. También doy
gracias a la doctora Nieves Stewart, sicóloga y guía espiritual; por medio de sus
meditaciones aprendí a entrar a la serenidad del Alfa.
Primordialmente, doy muchas gracias a Dios por haberme permitido nacer
a través del fruto del amor de mis dos maravillosos padres, Sixto y Julia, los que
se encuentran descansando en la serena paz de su morada. Gracias madre, por
guiarme por los caminos espirituales y morales en la vida. Gracias padre, por
tus sabias enseñanzas.
Madre, fuiste el símbolo de amor y fortaleza, te llevaré siempre cultivada
en el jardín de mi corazón. Padre, mi amado viejo, fuiste siempre como el árbol
frondoso que daba frutos de fe y de esperanza; gracias por cultivar en mi la
semilla del amor.
¡Gracias Dios mío, por mis hermanos y mis hermanas, y por tan hermosa
familia!
A MI MADRE
“Madre mía, toqué la puerta de tu corazón para decirte cuánto te amo; qué
inmensa alegría la que sentí cuando vi la sonrisa reflejada en tus labios. Madre
mía, toqué la puerta de tu corazón para decirte cuánto te amo, pero al no ver
tu sonrisa, mis ojos se llenaron de llanto”.
ISABEL ROSADO CASTAÑO