MAS ALLÁ DE LOS CINCO SENTIDOS

Vivencias De Un Ser Anónimo Vino de un país lejano, dirigiéndose a un lugar, más llevado por un impulso superior que por saber exactamente hacia donde se dirigía. La razón la descubrió mucho después. Era un lugar mágico que hubiera servido para completar su formación. Dejó a sus espaldas experiencias de guerras y había tenido que desligarse de su familia amorosa y unida. Pero tenía que hacerlo. Desde nuestro primer encuentro nos fuimos conociendo poco a poco. No siempre con una aceptación libre de dudas y prejuicios; la mayoría de las veces motivados por acondicionamientos del entorno mas que por diferencias sustanciales. Cada día era mas estrecha nuestra relación, hasta llegar a la mayor sinceridad en nuestras comunicaciones. Hablábamos de Dios, las religiones, las iglesias, el mundo en que vivimos, descubriendo paso a paso la supuesta realidad y las muchas ilusiones que debamos por verdaderas. Llegamos muchas veces a estar comunicándonos mentalmente, mas que por medio de las palabras. Aprendimos a ir de la mano en todas nuestras conversaciones, ya que los pequeños enfrentamientos eran superados y olvidados por la comprensión de que la mayoría de las veces, eran pura semántica, o porque yo seguía con mis pensamientos contaminados y no sabía escuchar. Él empezó a platicarme de sus experiencias, vivencias, sueños, no siempre claros en su interpretación inicial, pero que finalmente se mostraban lineales y sencillos carentes de complicaciones. La mente racional tiende a complicar las cosas, más por defenderse y por un miedo a ser tomada, que por lo que realmente es y no por la importancia que quisiera tener. Nos hemos acostumbrado a considerar la mente racional como un todo, encerrándonos y limitando nuestra conciencia a pequeños circulitos, perdiendo la verdadera maravilla de lo infinito en que realmente vivimos. Que desgracia ser perfectos y vivir en una imperfección de vida. Ponemos nuestra completa atención en las pequeñas cosas sin importancia, y la mayoría de las veces ilusorias. El Padre perfecto no puede hacer mas que obras perfectas. Nuestro malentendido y manejado libre albedrío y ceguera, son los responsables de nuestra imperfección.