Prólogo
Al escribir mi libro exponiendo lo que se ha percibido y no
mentalizado no se necesita valor sino un gran deseo de compartirlo con
un gran número de lectores.
No importan las criticas y condenas a lo dicho, ya que éstas dan
mayor valor a lo compartido.
Siento profundamente que el recibirlo y guardarlo en el interior de
nosotros mismos es un egoísmo injustificado y también una cobardía.
Lo ofrezco a todos los que quieren valorizarlo.
Considérelo o échelo a las llamas, de todas maneras el fin se habrá
conseguido.
Las llamas servirán para iluminar el interés de los abiertos de
entendimiento y sirva para dejar expandirse la luz interior.
El Planeta Tierra
En todo el universo, la vida se manifiesta en una forma física,
tangible que va desde lo más denso hasta la máxima manifestación que
es la energía.
El verbo usado “ir”, es usualmente utilizado en nuestro lenguaje
tridimensional, es decir moverse en el tiempo, evolucionar.
La energía pura encierra en si misma todas sus diferentes
condensaciones al mismo tiempo y estas no están separadas entre si.
La posibilidad de comprender esto, es mediante la ampliación de
la consciencia en todas las siete esferas, ya que ahora solo tenemos
consciencia de tres de ellas.
No hay que esperar el mañana o “x” número de años según calculemos
nuestro tiempo.
Podemos, y hasta en las manos de cada uno de nosotros, tener esa
consciencia total AHORA.
En cada lugar del universo se manifiesta la vida en forma “física”,
dependiendo de la composición del sitio donde se manifiesta, y esta está
conformada desde una materialidad o baja frecuencia de vibraciones de
la energía, hasta cuerpos mas sutiles y finalmente formados por energía
pura, máxima expresión de la manifestación del ser.
Dicho en otras palabras para su mayor comprensión, esto depende
de la atención que ponemos al punto al cual la dirigimos, dándonos
cuenta que no debemos detenernos y bloquearnos solamente en ese
punto, cosa que está sucediendo a la humanidad terrestre.
La tierra es el lugar en que nos hemos manifestado. Nuestro
cuerpo físico está compuesto por elementos de este planeta. Con razón la llamamos “Madre Tierra” porqué efectivamente lo es. Nos sigue
ofreciendo una maravillosa expresión de todas sus bellezas: montañas,
bosques, flores, animales, amaneceres y crepúsculos estrellas en el
firmamento, diferentes climas que permiten el descanso y conocimientos
de la flora, mares y océanos que en su majestuosidad tienen maravillados
a los hombres que saben apreciarlos.
Desgraciadamente, el egoísmo, voracidad, sentido de posesión y
dominio del; hombre, poco a poco ha venido destruyendo todo esto,
rompiendo la armonía de la creación manifestada.
La Madre Tierra no es insensible a todo esto y por una suprema
ley universal, tiende a restablecer dicho equilibrio armónico. La forma
para obtenerlo es tan difícil o tan violenta y agresiva según el daño
hecho por la mano del hombre y siempre lo logra. Este, inconsciente
y desconsiderado lo tiene que pagar en costo proporcional al daño
causado.
Si bien las noticias son en la mayoría de males y desastres, por otro
lado, y aparentemente en la sombra, hay un incremento considerable de
seres con conciencia mas amplia.
El beneficio de esto, del punto de vista físico, es que su cuerpo
aumenta de frecuencia de vibraciones, tiende a ser mas sutil, mas
perceptivo, y cuando ha cumplido su misión regresa a la tierra de la que
ha sido formado.
¿Qué sucede entonces?
Aumentan las vibraciones de la tierra que es lo que está sucediendo
actualmente, y esto permite que los nuevos cuerpos tengan una mas
elevada y sutil forma de manifestación para recibir y transmitir con mas
fidelidad la corriente Divina.