A Flor de Piel

Presentación A FLOR DE PIEL. Un SÍ a la VIDA. 2012, Valentina Pradera. Nada mejor para un paso que el hecho de que ese paso sepa que, o bien hubo algún otro paso que le precedió, o él mismo es un paso que será seguido por otros muchos. Para un paso, la desdicha consiste en saberse el último, el paso final de un camino, o en ser el primero, el que cuesta más dar para iniciar nuestra andadura. Este hecho, que podría ser baladí o simplista, resulta imprescindible para entender A FLOR DE PIEL , puesto que este ejercicio de autoconocimiento solo se comprende desde el movimiento, desde el camino. O tal vez sea que ese sea su principal cometido: ponernos en marcha desde experiencias personales que pueden extenderse a todos nosotros. Así que, andemos de la mano de la autora. Nada mejor para una sombra que conseguir separarse del resto de las sombras. Una sombra, como sabrán, es la proyección de un cuerpo contra una superficie, debido a una fuente de luz y a la perspectiva de la misma. Fácil ¿no? No tanto. Piensen, sin ir más lejos que si se superponen las sombras de dos o más cuerpos, es imposible distinguirlos atendiendo sólo a ellas. De la misma manera, la sombra de dos o más cuerpos, no es más opaca ni más transparente que la de uno solo. Por eso es tan importante que consigamos aislar nuestra propia sombra, identificar cuál de nuestros lados está iluminado, cuál permanece en la oscuridad, y en qué suelos, o paredes se está proyectando. Asimismo es de vital importancia ser conscientes de si nuestra sombra se mueve al compás de nuestros gestos, si va a su aire o, peor aún, si obedece a otros designios más allá de los nuestros. Debería decir, para aclarar esta farragosa explicación, que los seudónimos, en términos literarios, pueden ser perfectamente la sombra del autor. Visto así, les pido que se dejen acompañar por esa sombra que el seudónimo de la autora en este caso representa, para obtener algo de luz que les ayude a encontrar la suya propia. Se van a enfrentar a un texto nada dogmático, absolutamente ecléctico, donde, a través de experiencias ficcionadas o no, la delgada línea que separa lo literal de lo literario debe quedar en el anonimato que ofrecen exactamente eso: luz. Decía Martin Luther King, creo, algo así como que no es necesario ver toda la escalera para bajar al sótano, que basta con ver, a cada paso, el escalón siguiente. Y esa es la luz que A flor de piel nos muestra: cómo una persona la encontró. Van a leer un texto plagado de la construcción sintáctica En aquellos días . No lo tomen a la ligera, estoy completamente seguro de que esa repetición se hizo ex profeso: todos los días pasados, todo lo aprendido, sirvió de combustible para alumbrar el día de hoy, y las páginas del libro que tienen entre sus manos. Ahora los pasos serán seguros, y la sombras, definidas y obedientes. David Yeste.Nothing is better for a step than the fact that this step knows that either there was some other step that preceded it, or itself is a step that will be followed by many others. For a step, the misfortune consists in knowing the last, the final step of a road, or in being the first, which costs more to give to start our journey. This fact, which could be baladí or simplistic, is essential to understand A FLOWER OF SKIN, since this exercise of self-knowledge is only understood from the movement, from the road. Or perhaps that is its main task: to start from personal experiences that can extend to all of us. So, let's go hand in hand with the author. Nothing better for a shadow than getting separated from the rest of the shadows. A shadow, as you will know, is the projection of a body against a surface, due to a light source and the perspective of it. Easy is not it? Not that much. Think, without going further than if the shadows of two or more bodies overlap, it is impossible to distinguish them by looking only at them. In the same way, the shadow of two or more bodies is no more opaque or more transparent than that of one. That is why it is so important that we can isolate our own shadow, identify which of our sides is illuminated, which remains in the darkness, and on which floors, or walls is projected. It is also of vital importance to be aware of whether our shadow moves to the rhythm of our gestures, whether it is in its air or, worse, if it obeys other designs beyond our own. I should say, in order to clarify this burdensome explanation, that pseudonyms, in literary terms, may well be the shadow of the author. Seen this way, I ask you to be accompanied by that shadow that the pseudonym of the author in this case represents, to get some light to help them find their own. They are going to face an absolutely dogmatic, absolutely eclectic text where, through fictionalized experiences or not, the thin line separating the literal from the literary must remain anonymous, offering exactly that: light. Martin Luther King, I think, is something like it is not necessary to see the whole stairway down to the basement, which suffices to see, at each step, the next step. And that is the light A skin flower shows us: how a person found it. They will read a text plagued by the syntactic construction In those days. Do not take it lightly, I am absolutely sure that this repetition was made ex profeso: all the days passed, everything learned, served as fuel to light today, and the pages of the book in your hands. Now the steps will be safe, and the shadows, defined and obedient. David Yeste.