El conocimiento científico y la Biblia

Muchas personas piensan que la Ciencia y la Biblia están en constante contradicción y que la reconciliación entre ambas nunca será posible, sin embargo resulta interesante saber que a lo largo de la historia de la humanidad han existido varios científicos que han sido creyentes, incluso hoy en día existe una gran cantidad de hombres de ciencia (muchos de los cuales incluso han ganado el Premio Nobel) que creen en Dios, algunos de los cuales se han declarado cristianos y otros más piensan que debe existir algún Ser Inteligente que rige todo cuanto existe. En este libro se analizan algunos de los grandes descubrimientos científicos que ha realizado la ciencia comparándolos con pasajes bíblicos en los cuales se describen estas grandes verdades mucho tiempo antes de que la ciencia las descubriera. Por otra parte, se abordan desde un punto de vista científico algunos pasajes bíblicos los cuales aparentemente contradicen lo que la Ciencia ha descubierto: por ejemplo, ¿por qué la Biblia habla de insectos de cuatro patas?, ¿Por qué aparentemente clasifica a los murciélagos como aves y a los conejos como rumiantes?, ¿Es la semilla de mostaza la más pequeña que existe? ¿Se puede considerar a la planta de mostaza realmente un árbol?, ¿Los dinosaurios se mencionan en la Biblia?, ¿Por qué en la Biblia dice que cuando se colocaban varas frente a los animales que se apareaban (de manera que les tapaban el sol), las crías nacían rayadas? El presente libro no pretende tener la última palabra, simplemente demuestra que con los conocimientos científicos que se tienen hasta este momento, estas aparentes contradicciones ciencia-biblia se pueden responder desde un punto de vista científico. Con esto se demuestra que no existe ninguna razón para pensar que la ciencia y la Biblia son irreconciliables. “Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.” Colosenses 2:8