SAN PABLO, JESUCRISTO Y EL CRISTIANISMO
by
Book Details
About the Book
SAN PABLO, JESUCRISTO Y EL CRISTIANISMO Jesucristo no es dios, ni hijo de Dios, ni siquiera es Jesús Nazareno Rey de los Judíos; es solamente un personaje de plástico, un personaje de tragicomedia, inventado, creado y hecho realidad por su autor, Saulo de Tarso o San Pablo, avalado por el emperador Constantino I el Grande y estructurado, por obra y gracia de la Santa Madre Iglesia Católica, Apostólica y Romana, que tampoco es Santa, ni Madre, ni Apostólica, solamente es la Iglesia Romana, la cual subsiste hasta nuestros días como el último reducto del Imperio Romano de Occidente; en cuya estructura, la máxima autoridad es El Sumo Pontífice, título que corresponde únicamente a los emperadores romanos, al cual llamamos Papa para no decirle Pater, como se denominaba a la más alta dignidad dentro de la gradiente escalafonaria en el Mitraísmo ya que Jesucristo es la continuación del Dios Solar Mitra. Todas estas afirmaciones quedan demostradas fehacientemente en este libro, que es necesario que cada persona creyente en Jesucristo debe conocer, pues más de la mitad de la humanidad durante los últimos 2 000 años, han aplicado su buena fe, su dedicación, sacrificio y devoción a las leyendas y mitos elevadas a la calidad de Sacramentos, sometidos por la adopción, inconscientemente, de los 44 dogmas de fe impuestas y mantenidas férreamente por el Papa, el cuerpo Cardenalicio y los obispos diseminados por todo el mundo, reunidos en Concilio. Sería un acto de justicia divina, que toda la humanidad retomara el único camino que lo encause al verdadero y único Dios Padre y Creador; que nos espera eternamente con los brazos abiertos. El verdadero Dios, como el ser humano: Es Sustancia Espiritual. Es libertad inalienable. Es Entendimiento y Consciencia. Es Amor. Es Voluntad realizadora. Dios, que es el Espíritu y la Mente Universal, está siempre en estrecha comunión con cada uno de sus hijos. Búscalo en tu interior y háblale que Él te escucha. No necesitas intérpretes ni abogados.