En primer término se hace breve análisis de la forma y a continuación se reseña, brevemente también, el argumento.
1.- ESTRUCTURA
La obra esta dividida en:
- DEDICATORIA a dos distinguidos literatos mexicanos Rubén Salazar Mallén(1905-1986) y Rosario Castellanos (1925-1974). El primero motiva a la autora a ordenar y a pulir los apuntes dispersos que conservaba; la segunda, después de leer el manuscrito lo promociona entre sus conocidos en busca de editor.
- ÍNDICE que facilita la lectura dividiendo el anecdotario en cien títulos.
- PRIMERA PARTE -páginas 1 a la 112- que corresponde a la infancia de los tres hijos menores y a la época de bonanza familiar.
- SEGUNDA PARTE -páginas 115 a la 239- se ubica en la creciente pobreza familiar, los hijos han crecido, la media hermana se ha casado.
- VIÑETAS de la autora ilustran las anécdotas y refuerzan lo humorístico del argumento.
La narración está en primera persona desde las percepciones de una criatura que inicia el aprendizaje de la escritura. Se extiende en el tiempo hasta los doce o trece años de edad de la muchachita. Lo que se desprende del pasaje que alude a su menarquía y de otros capítulos que hablan de su ingreso a la escuela secundaria.
Cronológicamente el relato arranca en las postrimerías de los años 30´s, cruza la segunda guerra mundial y termina, según la fecha de un Programa (página 226), después del año 1949. Los hechos descritos tienen una secuencia y progresión lineal.
El espacio donde se desenvuelve la historia es el propio de cualquier niño: su casa, la escuela, el vecindario y los sitios de juego y esparcimiento ubicados en la Ciudad de México y, posteriormente, en la periferia, en una colonia proletaria.
Es un anecdotario autobiográfico. Su estructura y desarrollo se ubica en el género de la novela humorística, ligera, de aventuras, didáctica y hasta moralista. El estilo es sencillo, ágil igual que el lenguaje literario usado; los giros idiomáticos dan fe del universo infantil y de la época de mediados del siglo pasado en una familia católica y en una ciudad que despega urbanísticamente. El cambio de lugar a la mitad del libro es también un sutil cambio en la prosa y en el nivel lingüístico que sólo en la relectura se advierte. Lo que se explica porque la narradora ha dejado la infancia, y sus percepciones van enunciando críticas sobre su nuevo entorno, un lugar marginal más parecido a una ranchería o comunidad campesina. En esta etapa aparece en la narración una, tal vez dos palabras altisonantes no más y a ellas corresponde el título del libro.
La redacción es cuidada, eficiente y ayuda a mantener el interés y los momentos de suspenso del relato. La línea jubilosa, la gracia y amenidad que predomina en sus páginas es lo que determina el calificativo de humorística. Sin embargo, el desenlace, inesperado y dramático es conmovedor; está tratado con habilidad, con finura –nada falta, nada sobra-. Hay otros pasajes, no son muchos, donde la lectura se tensa, aparece el suspenso, la tristeza, la aflicción sin altera el carácter humorístico antes dado.
No hay descripciones detalladas, no hay un lenguaje figurativo mucho menos simbolismos o abstracciones. No hay culpables, maldad, reclamos, injurias, venganzas. La trama, su desarrollo, el desenlace son simples, claros pero espectaculares, cautivantes, interesantes. Corresponden al universo infantil de personajes sin complicaciones, de gente buena que privilegia la familia, los hijos, su educación, los principios religiosos…
Esto es parte de la belleza de ¡TOMA, POR MIENTA MADRES!
2.- ARGUMENTO.
Los personajes sobre los que gira el libro son los integrantes de la familia Martínez: Martín-el padre, Andrea-la madre, Beatriz-media hermana mayor, Marcos-hermano un año mayor de la Mana, Manita, Manopla y Virginia, hermana menor.
La figura protagónica y narradora de las travesuras o testigo de los desaguisados hilarantes o trágicos que se suceden es la Mana, Manita, Manopla quien a las pocas páginas ya cautivó al lector llevándolo, al final, a enamorarse de toda la familia y a vivir con cada uno de ellos alegrías y sufrimientos. Los hechos de la trama son travesuras, ocurrencias, infortunios creíbles o insólitos descritos con la soltura y jovialidad que hacen irresistible el regocijo de su lectura.
Es la historia de una familia que después de vivir cómodamente pasa a vivir en la pobreza afrontando el cambio con fortaleza y optimismo. La educación de los hijos, el trabajo infatigable son los principios que Martín y Andrea, los padres, mantienen frente a las múltiples penurias que los van cercando y que pierden gravedad frente a las vivencias infantiles que no por infantiles son menos importantes ya que constituyen el eje narrativo.
En el argumento la narradora desdibuja, esconde entre líneas una historia que rescatada explica el cambio de fortuna de los Martínez. La transición que sufre la familia de la bonanza a la pobreza se produce cuando Martín, el padre, por sus versiones taquigráficas, (no existía otro registro del discurso político) sufre el acoso del Gobierno triunfante. Lo que, al final de la primera parte del libro es la causa de que el padre se quede sin trabajo. En la segunda parte el padre, ya sin dinero, ha huido con su familia. Con el archivo de discursos políticos auténticos se esconde en un lugar inhóspito y deshabitado, la colonia Escupitina (Juan Escutia su verdadero nombre) que muchos años después será ciudad Nezahualcóyotl. Ahí se desarrolla la segunda y última parte del libro.
El relato tiene mucho de costumbrismo o, como dice Carlos Monsiváis de testimonial. Los paisajes narrativos pertenecen a la cotidianidad del siglo pasado. La singularidad de la obra, que impacta por natural y fresca es la óptica infantil fascinando con descripciones en un tiempo sin prisas, sin stress, sin smog. Descripciones de un tiempo sin celulares, sin microondas, ni televisiones, ni juegos electrónicos, ni alimentos chatarra, ni niños hiperactivos; tiempos de casas grandes, de vecindarios y calles seguras, de familias alrededor del radio…
La Mana, Manita, Manopla cuenta de los animales para comer que se vendían vivos en el mercado, de los guajolotes que desfilaban por la calle para engordarlos en casa y cenarlos en Noche Buena, del burrero vendiendo de casa en casa leche de burra ordeñada frente al consumidor; cuenta del ropavejero que las jóvenes generaciones ya no conocieron y de sus pregones, de la tienda de la esquina, de la tlapalería y el tlapalero bizco, de la cervecería y Benny Moré… Cuenta de la escuela, de las clases de doctrina y de tantas cosas que nos han contado. Y en el cuenta-cuenta le hace cosquillas a la nostalgia y esta niña traviesa nos prende en una lectura que no queremos terminar.
El hámster, el chivo, los perros, las canicas, el trompo, el balero, los patines, la bicicleta,… después será el campo, el “volantín”, las carreras o corretizas, las escapadas al Peñón, el columpio, las patinadas en el lodo del que fuera legendario Lago de Texcoco forman parte del escenario lúdico que deliciosamente se disfruta entre risa y carcajada.
Pellizcos, manazos, coscorrones, jalones de orejas, palos, reatazos abundan en el libro; la Manita da fe detallada de ello con tal objetividad que no se detecta que esta hablando de niños golpeados y de peleas entre ellos... Quizá porque se golpea con mesura y el sana-sana colita de rana alivia al poco rato sin dejar huella.
En resumen ¡TOMA, POR MIENTA MADRES! es un libro excelente, inolvidable, recomendable. Es un mensaje o recordatorio a padres, maestros, adultos todos, de la inteligencia y sensibilidad infantil y de la importancia, frente a los vaivenes de cualquier economía y conflictiva familiar, de un núcleo de afectos sano, ejemplar y solidario.
Aguascalientes, México. Abril, 2013.
L.G.M.