Entre las aguas y el cielo

I “Silencio” Como ladrón, esta noche saltaré la verja; sigiloso y pegado a la pared, me meteré por la ventana. Te robaré los labios, te robaré la voz, para que estés callada, haremos el amor, y ellos no lo sabrán. Me hablaras y te hablaré, callados, con la mirada nos diremos tantas cosas. Luego, te dormirás sobre mis brazos, en los que siempre encuentras reposo. Me marcharé con calma, sabiéndote en paz, segura. Me marcharé, y miraré al cielo, y buscaré a la luna. Única testigo de nuestros encuentros, mi cómplice, mi aliada discreta, nunca dirá nada, nunca nos delatará. XXVIII “Oyone” Hoy se ha parado en mi puerta, la misma, por la que hace un mes salió, me ha pedido que la entienda, y que la perdone, si me causó algún dolor. Hoy ha cruzado la puerta, y en mi cama se sentó, me ha besado y ya desnuda, me pidió le hiciera el amor. Hoy sucumbí a sus encantos, como ya antes pasó, mañana, tal vez se vaya, causándole otra herida a mi corazón. Pero aún si eso pasara, yo no podría culparla, le agradecería a Dios que aquí la tuve, y me quedaría a esperarla. XLIV “Cuba” Colón llegó a tus costas y dijo, que eras de todas, la más bella, que ojo humano jamás vio, y para siempre en ti dejo su huella. Patria, volver a ti anhelo, no sabes cuanto te quiero, y me duele el corazón, aquí, tan lejos de tu suelo. Tierra de muchos colores, la mayor de tus hermanas, te extiendes como caimán, junto a las otras antillanas. Hermosa isla caribeña, tierra del mambí y el habano, del taino, el español, el negro, ¡Como extraño a mis hermanos! Tu rojo, tu azul y blanco, que ondea siempre en lo alto, patria del Tocororo, no sabes cuanto te amo. Caminar tu malecón, y el bullicio de mi Habana, toda la gente en las calles, por la luna, iluminadas. Sentir el olor del mar, y el aroma de tus campos, oír la lata sonar, y de los pájaros, su canto. Me angustia pensar mi tierra, que más nunca te veré, y espero con estos versos, te des cuenta al leer. Que aunque yo te abandoné, siempre en ti, he estado pensando. Volver a pisar tus calles, es lo que sigo añorando. El dolor, es cada día más fuerte, y ya no puedo soportarlo, estar tan lejos de ti, patria mía, es lo que me está matando. Y si sucumbe mi humanidad, lejos de tu eterno verano, en mi hora final, en castellano diré: ¡Que soy, y muero siendo cubano