Aceptando mi dualidad
“Sin crítica, sin justificación” “¿Quién vive viendo al otro y no sabe que es su reflejo?”
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About the Book
Aceptar que vivo en un espejismo con mi lado negativo y mi lado de luz. Ese lado de virtudes que todos tenemos o talentos. Pero también ese lado de limitaciones sin negar nada, sin crítica, también sin justificar los errores, aceptando mi responsabilidad personal. Ningún extremo es saludable, solo en el centro encontramos el equilibrio. En este libro mi misión es apoyarte a comprender la necesidad de despertar para que brote en ti la inspiración y el anhelo espiritual. Porque la inspiración y el anhelo por lo divino devienen de la consciencia, así como la intuición. Esto consiste en trabajar en tu interior. Ampliando nuestra visión, seremos capaces de entrar en esa comprensión y poder ver que nos está enseñando tal experiencia que estamos viviendo ahora, en este instante en este momento. El exterior nos muestra lo que necesitamos transformar en nosotros, si no lo hacemos esta resistencia nos estará trayendo situaciones similares hasta tomar consciencia de que necesitamos sanar, hacer o liberar. Estas personas o experiencias nos muestran aquello que necesitamos hacer conscientemente, para poder transformar y evolucionar en esta dualidad. Es nuestra propia luz y nuestra propia sombra, te darás cuenta que no eres víctima de nada ni de nadie, solo de ti mismo. La causa de todo lo que experimentamos surge de nuestro interior. Si comprendemos esto automáticamente los llamados problemas se convierten en fuente de aprendizaje. Esas emociones negativas que alguien te despierta se convierten en un trampolín de sanar o liberar, entonces se abren las puertas ampliamente del auto conocimiento de sí mismo. Esto apoyará a ser consciente lo inconsciente, a sanar ese lado que crea sufrimiento. Te alejarás de los extremos para poder dirigirte al centro, al equilibrio, a ese lugar donde reside la sabiduría y la paz.
About the Author
Acerca del autor Betty Ibarra, escritora mexicana, es una mujer talentosa y carismática. Ella es franca, característica esencial de la claridad de su pensamiento. Sus padres son María Ventura Rodríguez y Miguel Ángel Ibarra. Creció en un lugar hermoso, llamado Martínez, sitio perteneciente a su lugar de nacimiento, Santiago Papasquiaro, Durango, México. Su mirada espontánea, siempre reflejando fe, paz y entusiasmo por la vida. Su intuitiva sabiduría, sabe que la vida es misteriosa y existe algo más importante que lo físico. Cuando niña, recuerda ella, se sentía separada de la gente, experimentaba algo extraño, como si ella no perteneciera ahí. Interpretaba que nadie la entendía. Percibía lo que mucha gente ignora, lo místico, “eso que hay que cerrar los ojos y verlo”... Desde muy corta edad manifestó su anhelo espiritual, y se dio cuenta que lo único fiel y confiable que estaba a su lado era Dios, lo aclamaba en todas partes, con muchas preguntas y siempre cerca de ÉL. Preguntas de religión o espirituales que la gente común no responde… Ahí surgió su auto descubrimiento de que su motivación salía de ella misma. Con la experiencia y procesos que ha pasado Betty Ibarra, fue comprendiendo lo que es la vida. Con firmeza siguió adelante, aunque no tuviera el apoyo de los demás; en su forma de pensar, eso suele suceder siempre cuando te toca ser diferente a los demás, tu esencia no encaja en algunos lugares. Con la consecuencia de la crítica, por supuesto cuando se es auténtico. Pasando por momentos difíciles, al final Betty tenía que ser fuerte; a base de todos los obstáculos, y momentos de prueba, se cultivó en ella la fortaleza, y paciencia. Sus actividades favoritas son disfrutar la naturaleza, meditación, yoga, escritura, lectura, cuidar y amar a su familia. Madre de cuatro hijos, es estricta pero alerta y comprensiva de los cambios naturales con la crianza de ellos. La gente la busca, la sigue y aprecia con infinito respeto. Algo se percibe en ella que inspira a otras personas a redescubrirse a sí mismas por medio de sus conversaciones trascendentales, y su evidente comprensión.